Las fechas conmemorativas necesitan de la memoria para reflexionar el tiempo presente, este día nos hace recordar la vindicación de las mujeres por tener derecho a educarse, trabajar, recibir un salario, decidir en el hogar, influir y decidir en la esfera pública, entre muchos otros; lucha que ha construido una de las corrientes del pensamiento de la era posmoderna de mayor aporte a la vida de las sociedades occidentales en los últimos años.
El entorno de hace 60 años me hace citar un referente, la realidad que vivió mi abuela, de un México que no le reconocía el derecho a votar, sin embargo pudo presenciar como las mujeres de ahora asisten a la universidad. Mi abuela en la comunidad de Tlacochahuaya vivió una realidad muy diferente a la que hoy tienen las mujeres, donde la participación quedaba limitada al hogar y la cocina. Cuando se otorgó el derecho al sufragio incluso no lo quiso ejercer porque decía que “a ninguno le debía nada” y con política o sin políticos ellas sobrevivían. Hoy las mujeres de Tlacochahuaya viven los riesgos acrecentados en las mujeres migrantes , lo cual contrasta en algunos casos con las mujeres de la ciudad y la evolución en materia jurídica donde los derechos para la mujer y el hombre se tornan equitativos.